La desaparición de las abejas: un gravísimo problema.

Un colapso espectacular

Desde hace bastante tiempo, el ecosistema de las abejas se ha vuelto preocupante. Desde 1970 se habla de un síndrome de colapso definido por la pérdida de obreras, siendo las reinas las únicas que sobreviven. Las primeras conclusiones apuntaban a enfermedades de las abejas provocadas por la contaminación humana.

Y es que nuestras colmenas sufren como nosotros el impacto de los desórdenes ecológicos. El campo está cada vez más afectado por la contaminación industrial y química presente en las zonas urbanas. La extensión de esta contaminación tiene un impacto en la apicultura, dado que de las 20.000 especies presentes en el mundo, la mayoría van desapareciendo año tras años. Otro factor que ha ido aumentando el problema, es el uso de ciertos insecticidas muy potentes que intoxican poco a poco a las abejas.

Una situación alarmante

Además de los productos fitosanitarios, los parásitos específicos de las abejas también tienen una acción destructiva al ser portadores de virus patógenos. El ácaro varroa es solo uno de los muchos depredadores conocidos de la colonia junto con los hongos virulentos.

Aunque el fenómeno de la desaparición de especies de abejas se conoce desde hace años, incluso siglos, su estado actual es diferente y no presenta ninguna mejora. En 2008, la tasa de mortalidad en Francia fue del 30%. Esta tasa no cambió para el año siguiente. Muchos investigadores preocupados por la situación se han movilizado en todo el mundo. La alarma sonó en Estados Unidos en 2007 tras el registro de una desaparición masiva de varias especies de abejas, de más del 60% de las colonias. Las cifras alcanzaron incluso el 90% en algunas áreas del sur y el este. Se han observado fenómenos idénticos en China y en varios países europeos. El costo de esta pérdida se ha estimado en 15 mil millones de dólares en los Estados Unidos.

Consecuencias graves

El papel de los recolectores en el ecosistema es extremadamente importante, lo cual tiende a olvidarse con suma facilidad. De hecho, la polinización es la base misma de la alimentación de todo el planeta. Según las estadísticas, la producción del 36% de los alimentos, es decir, frutas, verduras y cereales, depende de la acción de las abejas. Esta cifra parece estar por debajo del 50%, pero la importancia del papel de las abejas es crucial. Así, una pérdida del 50% de las abejas ya es catastrófica para la agricultura. Los recursos alimentarios del mundo se ven entonces terriblemente amenazados. Se han considerado soluciones, incluida la reducción del uso de pesticidas o la búsqueda de antídotos contra los efectos de estos.